Hasta hoy Mauricio Macri se mostró como un fuerte opositor al aborto seguro, legal y gratuito cada vez que tuvo la posibilidad de hacerlo. Sin embargo, algo cambió en la Ćŗltima semana que lo llevó a readecuar la manera en que debĆa pararse frente al tema. AsĆ se gestó la reunión en la que le terminó dando vĆa libre a sus legisladores para dar la discusión en el Congreso.
EstĆ” claro que el Presidente sigue pensando igual: estĆ” en contra de la interrupción voluntaria del embarazo. Lo expresó en 2003 cuando enfrentó por primera vez a AnĆbal Ibarra por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Lo repitió en 2005 cuando llegó al Congreso. Lo mantuvo entre 2007 y 2011 cuando le tocó administrar la Capital Federal.
La última vez que le preguntar sobre el tema, en 2016, reiteró sus convicciones: "Defiendo la vida desde la concepción hasta la muerte".

Pero a Macri no le escapa al interĆ©s social y polĆtico que despierta esta discusión. Hay un antecedente que marcó para siempre su relación con el papa Francisco. En 2012, tras un fallo de la Corte Suprema sobre la interpretación que deben hacer los jueces del artĆculo 86 del Código Penal (aborto no punibles), la Capital Federal se transformó uno de los primeros distritos en difundir un protocolo de actuación en los hospitales.
A partir de esa decisión -creen muchos- se desató una guerra frĆa con el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio que se agravó tres aƱos despuĆ©s, en 2015, cuando uno de sus asesores preferidos, el ecuatoriano Jaime DurĆ”n Barba declaró en medio de la campaƱa presidencial: "Si una seƱora quiere abortar, que aborte".
¿Y por quĆ© ahora sĆ hay lugar para debatir el aborto? Hay varios escenarios de interpretación. Uno es el social. Hay un reclamo creciente para que el Congreso se anime al menos a mencionar el tema en una de sus sesiones. Esta semana se encendió una seƱal verde cuando un mar de paƱuelos inundaron la Ciudad, primero con una marcha y luego durante la protesta de los gremios contra el Gobierno.
La otra pata, lógica, es la polĆtica. ¿Y quĆ© pasa si Macri se gana un lugar en los libros de historia como el Presidente que impulsó la despenalización del aborto? Este anĆ”lisis es mĆ”s propio de DurĆ”n Barba que del lĆder del PRO, pero el pragmatismo no hay que descartarlo.
Hay un antecedente que el jefe de Estado podrĆa estar imitando. El ex Presidente NĆ©stor Kirchner se mostró durante aƱos reticente a discutir el matrimonio igualitario, pero cuando las encuestas y la presión social le demostraron la importancia del tema, bajó la cabeza y levantó su mano como diputado en el Congreso Nacional.
¿O habrĆ” sido la foto de MĆ”ximo Kirchner con el paƱuelo verde la que impulsó a algĆŗn asesor a advertirle al jefe de Estado sobre la imagen que estaba dando el Gobierno con su postura sobre el tema?
El debate en el Congreso asoma apasionante. En principio, el panorama es complejo y hoy pareciera que es difĆcil unificar un proyecto y luego lograr la cantidad de votos necesarios para transformarlo en ley. Pero en la polĆtica, lo que hoy es negro maƱana puede ser blanco. Macri lo sabe.
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