Francisco presidió una misa en Santa Cruz de la Sierra y pidió que "no haya más descartes"

La celebración se lleva a cabo en la plaza del Cristo Redentor de la ciudad boliviana. Miles de fieles acamparon aguardando en el parque: se calcula que hay más de un millón de personas

El papa Francisco pide ante una multitud de bolivianos terminar con la cultura del descarte y del consumo en su primera misa celebrada en Santa Cruz de la Sierra este jueves, durante su segundo día de visita en Bolivia.

"Jesús nos sigue diciendo en esta plaza: 'Sí, basta de descartes'", exclamó el papa argentino tras criticar la "lógica que busca transformar todo en objeto de cambio, de consumo, todo negociable", en la inmensa plaza de Cristo Redentor.

El Sumo Pontífice comenzó su homilía resaltando el sacrificio y amor de las madres bolivianas: "Me conmuevo cuando veo a muchas madres cargando a sus hijos en las espaldas como lo hacen aquí tantas de ustedes".


En su exposición ante más de un millón de bolivianos y ciudadanos de otros países del continente que se acercaron a Santa Cruz de la Sierra para escuchar su palabra, Francisco señaló que esas madres "están llevando sus motivos de alegrías y esperanzas", pero también "desilusiones, tristezas y amarguras".

Este miércoles, en su primer día en suelo boliviano, el presidente Evo Morales calificó al papa argentino como "el papa de los pobres". Además, aseguró que quien traicione a un pobre, traiciona al propio Francisco. Bolivia es precisamente el país que más sufre la pobreza en Sudamérica.

"Frente a tantas situaciones de hambre en el mundo podemos pedir perdón", reconoció el Sumo Pontífice, quien llamó a los fieles a terminar con las exclusiones y criticó a quienes descartan a todos aquellos que no producen. "Porque aparentemente no dan los números", apuntó.

"La riqueza más plena de una sociedad se mide en su gente", remarcó.

La ciudad de Santa Cruz en el oriente boliviano amaneció el jueves convertida en un gran campamento donde cientos de católicos han pernoctado para escuchar la misa que celebra el papa Francisco.

Desde la madrugada, los fieles se trasladaron a la plaza del Cristo Redentor en el centro de la ciudad para escuchar y ver al pontífice. Se estima que más de un millón de fieles presencian la ceremonia.

El gobierno declaró feriado para permitir que los fieles concurran a la celebración en un altar que ha sido tallado en madera roble por indígenas del pueblo chiquitano, una etnia del oriente.

Se espera que el pontífice pronuncie oraciones en lenguas nativas como el aymara, quechua y guaraní.
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