Monseñor Martínez, Obispo de la Diócesis de Posadas, recibió en su residencia al Dr. José María Arrúa, Secretario municipal y candidato a Intendente de la Ciudad, por el Frente Renovador.
Al llegar, Arrúa entregó al Obispo, la flamante Bandera de la Ciudad de Posadas. Martínez, se mostró gratamente sorprendido, ya que el emblema recibido, fue el mismo que él bendijo durante el acto del primer izamiento realizado el pasado martes en la plazoleta de Mitre y Uruguay.
Dialogando sobre temas concernientes a ambas partes, abordaron problemáticas estructurales de nuestra sociedad: La juventud, la droga, la inseguridad y los asentamientos irregulares (villas de emergencia) entre otros.
Coincidiendo en las acciones que se pueden llevar adelante entre el Municipio y la Iglesia Católica, las reflexiones sobre los jóvenes fueron muy similares entre los dos: la inclusión y la contención a través de actividades deportivas, resultó un eje programático de gestión. Afirmaron que "a los chicos, hay que brindarles espacios con un fuerte contenido social, donde desarrollarse, donde pasar su tiempo libre y por sobre todo, buscando alejarlos de las drogas y los hábitos perjudiciales".
En la misma línea, concatenando la temática de las Drogas, tanto Arrúa como Martínez, coincidieron en reconocer que es un problema que viene en aumento y que afecta a jóvenes, adultos y también a niños y niñas. En este sentido, se plantearon dos líneas de trabajo: la primera, relacionada con apostar fuertemente a la inclusión de los sectores más postergados, brindándoles apoyo y llegando con alternativas reales de trabajo y educación, para que las familias posadeñas de todas las clases sociales, tengan la posibilidad de contar con una posteridad digna y la sociedad toda, fortalezca sus valores por el bien de todos. Y la segunda, trabajar desde el lugar que a cada quien le toca, de manera responsable contra el narcotráfico, atacando la raíz del problema y combatiendo las causas con acciones concretas que conduzcan a sacar de las adicciones a nuestros jóvenes y alejarlas de nuestros niños.
En algún punto, se reconocieron mutuamente al intercambiar las experiencias que sólo se viven haciéndose parte de la gente. Coincidieron en que más allá de la percepción macro que pueda tener cada uno desde su función, hay un adicional para conocer la realidad, que no está en los medios de comunicación ni en las estadísticas: Ambos, están acostumbrados a visitar familias, y mate -o tereré- de por medio, se involucran con las realidades conociéndolas en primera persona.
Por otra parte, la situación de miles de familias que conformaron los asentamientos irregulares, fue un tema puesto en agenda. La urgente necesidad de tomar medidas drásticas al respecto, fue otra coincidencia del encuentro. “La presencia del Estado expresada en obras, no puede dejar de estar complementada con el factor del contenido social que debe ser generado en ellas” apuntó Arrúa. En este sentido, afirmó que “La Iglesia, no sólo puede, sino que debe estar ahí también, brindando el contenido espiritual que tanto necesitamos todos los que vemos en Dios, un apoyo incondicional para nuestra vida cotidiana. Vemos muy viable un fuerte trabajo en conjunto para llegar de la mano, a la gente que más nos necesita”.
La inseguridad, es un problema de todos y la única forma de abordarlo, es de manera integral, considerando las soluciones a corto, mediano y largo plazo. “Tenemos en claro que las soluciones a problemas tan complejos, no se dan de un día para el otro; por eso, tenemos que tomar medidas del día a día y proyectar a futuro, mas educación y mas y mejor trabajo para todos los posadeños. Ahí, vuelven a tener un rol protagónico los jóvenes, con quienes tenemos lograr que la cultura del trabajo sea un valor esencial en su presente y en su futuro” indicó Arrúa.
Código de Nocturnidad, Estudiantina, Itaembé Guazú y las necesidades que tienen los barrios mas carenciados, también fueron tratados durante la reunión que duró poco mas de una hora.
Monseñor Martínez, se desenvuelve como Obispo de Posadas, desde hace ya 15 años, y durante este tiempo, ha conocido todas las caras de una Ciudad que durante los últimos años, tuvo un crecimiento exponencial. “Estamos en un momento muy importante, porque además de ser la ciudad mas linda del NEA, nuestra ubicación geopolítica, nos ubica en el corazón del Mercosur. Eso es algo que hay que trabajarlo con mucha dedicación y experiencia” afirmó el religioso. En cuanto al encuentro con Arrúa, indicó que “resulta muy provechoso que quienes tienen injerencia en la vida política y/o civil, tengan una vocación de diálogo y se acerquen a compartir sus experiencias y proyectar a futuro”.
Refiriéndose al José María –como persona individual-, Martínez dijo que “estar en el lugar en el que está siendo tan joven de edad, lo lleva a tener una muy buena comprensión de las inmensa cantidad de chicos que viven en esta hay en nuestra ciudad”.
Al llegar, Arrúa entregó al Obispo, la flamante Bandera de la Ciudad de Posadas. Martínez, se mostró gratamente sorprendido, ya que el emblema recibido, fue el mismo que él bendijo durante el acto del primer izamiento realizado el pasado martes en la plazoleta de Mitre y Uruguay.
Dialogando sobre temas concernientes a ambas partes, abordaron problemáticas estructurales de nuestra sociedad: La juventud, la droga, la inseguridad y los asentamientos irregulares (villas de emergencia) entre otros.
Coincidiendo en las acciones que se pueden llevar adelante entre el Municipio y la Iglesia Católica, las reflexiones sobre los jóvenes fueron muy similares entre los dos: la inclusión y la contención a través de actividades deportivas, resultó un eje programático de gestión. Afirmaron que "a los chicos, hay que brindarles espacios con un fuerte contenido social, donde desarrollarse, donde pasar su tiempo libre y por sobre todo, buscando alejarlos de las drogas y los hábitos perjudiciales".
En la misma línea, concatenando la temática de las Drogas, tanto Arrúa como Martínez, coincidieron en reconocer que es un problema que viene en aumento y que afecta a jóvenes, adultos y también a niños y niñas. En este sentido, se plantearon dos líneas de trabajo: la primera, relacionada con apostar fuertemente a la inclusión de los sectores más postergados, brindándoles apoyo y llegando con alternativas reales de trabajo y educación, para que las familias posadeñas de todas las clases sociales, tengan la posibilidad de contar con una posteridad digna y la sociedad toda, fortalezca sus valores por el bien de todos. Y la segunda, trabajar desde el lugar que a cada quien le toca, de manera responsable contra el narcotráfico, atacando la raíz del problema y combatiendo las causas con acciones concretas que conduzcan a sacar de las adicciones a nuestros jóvenes y alejarlas de nuestros niños.
En algún punto, se reconocieron mutuamente al intercambiar las experiencias que sólo se viven haciéndose parte de la gente. Coincidieron en que más allá de la percepción macro que pueda tener cada uno desde su función, hay un adicional para conocer la realidad, que no está en los medios de comunicación ni en las estadísticas: Ambos, están acostumbrados a visitar familias, y mate -o tereré- de por medio, se involucran con las realidades conociéndolas en primera persona.
Por otra parte, la situación de miles de familias que conformaron los asentamientos irregulares, fue un tema puesto en agenda. La urgente necesidad de tomar medidas drásticas al respecto, fue otra coincidencia del encuentro. “La presencia del Estado expresada en obras, no puede dejar de estar complementada con el factor del contenido social que debe ser generado en ellas” apuntó Arrúa. En este sentido, afirmó que “La Iglesia, no sólo puede, sino que debe estar ahí también, brindando el contenido espiritual que tanto necesitamos todos los que vemos en Dios, un apoyo incondicional para nuestra vida cotidiana. Vemos muy viable un fuerte trabajo en conjunto para llegar de la mano, a la gente que más nos necesita”.
La inseguridad, es un problema de todos y la única forma de abordarlo, es de manera integral, considerando las soluciones a corto, mediano y largo plazo. “Tenemos en claro que las soluciones a problemas tan complejos, no se dan de un día para el otro; por eso, tenemos que tomar medidas del día a día y proyectar a futuro, mas educación y mas y mejor trabajo para todos los posadeños. Ahí, vuelven a tener un rol protagónico los jóvenes, con quienes tenemos lograr que la cultura del trabajo sea un valor esencial en su presente y en su futuro” indicó Arrúa.
Código de Nocturnidad, Estudiantina, Itaembé Guazú y las necesidades que tienen los barrios mas carenciados, también fueron tratados durante la reunión que duró poco mas de una hora.
Monseñor Martínez, se desenvuelve como Obispo de Posadas, desde hace ya 15 años, y durante este tiempo, ha conocido todas las caras de una Ciudad que durante los últimos años, tuvo un crecimiento exponencial. “Estamos en un momento muy importante, porque además de ser la ciudad mas linda del NEA, nuestra ubicación geopolítica, nos ubica en el corazón del Mercosur. Eso es algo que hay que trabajarlo con mucha dedicación y experiencia” afirmó el religioso. En cuanto al encuentro con Arrúa, indicó que “resulta muy provechoso que quienes tienen injerencia en la vida política y/o civil, tengan una vocación de diálogo y se acerquen a compartir sus experiencias y proyectar a futuro”.
Refiriéndose al José María –como persona individual-, Martínez dijo que “estar en el lugar en el que está siendo tan joven de edad, lo lleva a tener una muy buena comprensión de las inmensa cantidad de chicos que viven en esta hay en nuestra ciudad”.