Publican la biografía del náufrago salvadoreño que sobrevivió más de un año a la deriva en el océano Pacífico antes de ser acusado de canibalismo.
¿Héroe o villano? Dos años han pasado ya desde que el mundo quedó conmovido por el periplo del salvadoreño José Salvador Alvarenga, náufrago en alta mardurante 438 días antes de ser acusado de canibalismo por la familia de un amigo y repudiado por parte de sus vecinos. Su biografía, que lleva el título de 'Salvador' y ha sido escrita por el periodista estadounidense Jonathan Franklin con la ayuda del protagonista, acaba de presentarse, informa el diario 'El Mundo'.
La historia de Alvarenga parece sacada de una novela: el pescador salvadoreño salió a faenar en diciembre de 2012 desde la costa mexicana de Chiapas a aguas del Pacífico junto a su compañero Ezequiel Córdoba. Tras verse atrapado por una tormenta, el motor de su pequeña embarcación sufrió una avería y los fuertes vientos lo desviaron de su ruta. Después de 13 meses el náufrago apareció en un remoto atolón de las islas Marshall, región de la Micronesia, a 12.500 kilómetros de distancia de su punto de partida.
Según ha desvelado en el libro, para sobrevivir a la odisea este salvadoreño tuvo que comer carne cruda de aves, pescado y tortugas marinas. Mientras que para hidratarse bebía agua de lluvia, su propia orina o sangre de tortuga. Su compañero Córdoba murió cuatro meses más tarde de haber quedado a la deriva al ser incapaz de adaptarse al sistema de supervivencia.
¿Héroe o villano? Dos años han pasado ya desde que el mundo quedó conmovido por el periplo del salvadoreño José Salvador Alvarenga, náufrago en alta mardurante 438 días antes de ser acusado de canibalismo por la familia de un amigo y repudiado por parte de sus vecinos. Su biografía, que lleva el título de 'Salvador' y ha sido escrita por el periodista estadounidense Jonathan Franklin con la ayuda del protagonista, acaba de presentarse, informa el diario 'El Mundo'.
La historia de Alvarenga parece sacada de una novela: el pescador salvadoreño salió a faenar en diciembre de 2012 desde la costa mexicana de Chiapas a aguas del Pacífico junto a su compañero Ezequiel Córdoba. Tras verse atrapado por una tormenta, el motor de su pequeña embarcación sufrió una avería y los fuertes vientos lo desviaron de su ruta. Después de 13 meses el náufrago apareció en un remoto atolón de las islas Marshall, región de la Micronesia, a 12.500 kilómetros de distancia de su punto de partida.
Según ha desvelado en el libro, para sobrevivir a la odisea este salvadoreño tuvo que comer carne cruda de aves, pescado y tortugas marinas. Mientras que para hidratarse bebía agua de lluvia, su propia orina o sangre de tortuga. Su compañero Córdoba murió cuatro meses más tarde de haber quedado a la deriva al ser incapaz de adaptarse al sistema de supervivencia.