L a temperatura del agua, el recipiente y la calidad de la yerba son las claves del éxito en una infusión que consumen 8 de cada 10 argentinos y que celebra su Día Nacional cada 30 de noviembre. Las razones para transformarse en un símbolo identitario
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXPJ0mYcV1-Iq-eXXYzAzm5j1lsgTAx8fDUff2gOlx8JG1DgdlFLrjE9Ov8DMUozp4w71IHlTfdvUcwIWcgrNfThMcbEIBSo0YyZDE7006aHfvjSK9NzSmaURpnG61tXy3G9XN8TsfBFQ/s640-rw/mate2.jpg)
El mate es un auténtico ritual eterno. Esencial para pasar un grato momento en soledad o para compartir en una reunión familiar o con amigos. El mate no necesita excusas para presentarse. Su historia y sus mitos han conseguido tantos fanáticos como formas de prepararlo. El agua, la yerba, la bombilla, el recipiente y hasta la forma de prepararlo pueden determinar el resultado final. Si el mate que se ofrece es digno de un aplauso o de una cara reprobatoria.
Cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate, símbolo que forma parte de la cultura y el ADN argentino no es una exageración. Mucho menos una simple percepción. Al igual que en Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, la preparación es una ceremonia y la costumbre genera escenarios de felicidad.
"Es una costumbre heredada y como todo herencia nos posee y la poseemos. Es mística, heredada de los cultores y descubridores que fueron los guaraníes. Se trató siempre de compartir y ese es el símbolo. Para los argentinos el culto del mate significa siempre que, al estar con alguien, el mate es acompañar, escuchar, el silencio, la palabra que a veces no está. El mate tiene muchos significados y es un ritual del que no podemos desprendernos", explicó Valeria Trapaga, primera sommelier de mate del mundo.
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El mate es un auténtico ritual eterno. Esencial para pasar un grato momento en soledad o para compartir en una reunión familiar o con amigos. El mate no necesita excusas para presentarse. Su historia y sus mitos han conseguido tantos fanáticos como formas de prepararlo. El agua, la yerba, la bombilla, el recipiente y hasta la forma de prepararlo pueden determinar el resultado final. Si el mate que se ofrece es digno de un aplauso o de una cara reprobatoria.
Cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate, símbolo que forma parte de la cultura y el ADN argentino no es una exageración. Mucho menos una simple percepción. Al igual que en Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, la preparación es una ceremonia y la costumbre genera escenarios de felicidad.
"Es una costumbre heredada y como todo herencia nos posee y la poseemos. Es mística, heredada de los cultores y descubridores que fueron los guaraníes. Se trató siempre de compartir y ese es el símbolo. Para los argentinos el culto del mate significa siempre que, al estar con alguien, el mate es acompañar, escuchar, el silencio, la palabra que a veces no está. El mate tiene muchos significados y es un ritual del que no podemos desprendernos", explicó Valeria Trapaga, primera sommelier de mate del mundo.