Confesó uno de los detenidos por el crimen de un vecino en Mojón Grande

Se trata del menor de los involucrados, de 20 años, quien recibió la prisión preventiva por la muerte de Ramón Muller (20) de un disparo en el pecho hace casi tres meses. El hermano del imputado fue excarcelado.

La investigación por el crimen de Ramón Muller (20), el joven ejecutado de un disparo de escopeta en el pecho en Mojón Grande, sumó en las últimas semanas una novedad trascendente, con la confesión del hecho por parte de uno de los sospechosos señalados por la Policía provincial.


Se trata del menor de los hermanos detenidos por el crimen cuando intentaban escapar rumbo a Brasil, quien ante la Justicia finalmente rompió el silencio y admitió haber sido quien gatilló contra el agricultor.

Así lo pudo saber en base a sus fuentes, quienes revelaron además que, ante esa confesión, la magistrada Selva Raquel Zuetta, titular del Juzgado de Instrucción 5 de Leandro N. Alem y al frente de la investigación, le dictó la prisión preventiva por el delito de “homicidio simple”, por el que -de sostenerse- podría recibir entre ocho y 25 años de prisión.

Sin embargo, ese no fue el único movimiento que tuvo la causa en los últimos días. Es que, tras la confesión, el imputado liberó de culpas -al menos en un principio- a su hermano mayor, de 22 años, quien entonces recibió una excarcelación extraordinaria y regresó a la libertad.

No obstante aquello, ese joven, representado por el defensor oficial Marcelo Ozuna, permanece aún bajo la lupa de los investigadores de la Unidad Regional VI de la Policía provincial.

Como este Diario informó en su momento, fue el propio padre de Muller quien lo encontró sin vida, con un disparo en el pecho, en el camino de acceso a la vivienda del joven, emplazada en el Paraje Cinco Mil, a catorce kilómetros de la zona urbana de Mojón Grande. Fue alrededor de las 13.30 del lunes 24 de octubre de 2016.

El hombre mayor dio aviso a las autoridades y de inmediato se inició una investigación comandada por la jueza Zuetta. Esa pesquisa no tardó en apuntar hacia dos hermanos de 20 y 22 años, domiciliados en la zona y también dedicados a la agricultura.

Se montó entonces un operativo de proporciones que no tardó en llegar al éxito. Al otro día, cerca de las 18, los hermanos fueron encontrados en un malezal cercano a un mirador de la ruta provincial 2, a escasos metros del río Uruguay, el cual intentaban cruzar para ganar territorio brasileño y escapar de la ley argentina. En poder de los prófugos fue hallada una escopeta calibre 14.

Por el momento la investigación no pudo establecer los motivos del ataque, aunque la principal hipótesis se encamina hacia un drama ligado a cuestiones territoriales que habían hecho mella en la relación entre la víctima y los hermanos.
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