El riesgo es inherente y cuando se nos acabe la suerte habrá resultados catastróficos", alerta un nuevo informe del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme.
"Puede decirse que la amenaza de la detonación de un arma nuclear en 2017 se encuentra en su punto álgido desde hace 26 años", alerta el nuevo informe del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme. El documento, titulado 'La comprensión de los riesgos de las armas nucleares', destaca que la disuasión nuclear puede resultar obsoleta, un riesgo que "es inherente". "Cuando nos quedemos sin suerte habrá resultados catastróficos", advierte el texto.
Asimismo, el documento recalca que las tensiones entre los países occidentales y Rusia provocadas por sus posturas opuestas en relación con los acontecimientos en Ucrania y Siria subrayan la posibilidad de un ataque nuclear. Además, el nuevo informe asegura que el regreso de "posturas beligerantes semejantes a las de la Guerra Fría ha dificultado la cooperación internacional y el desarrollo de la confianza".
El documento también se refiere a los hechos que marcaron dichas tensiones, entre otros la expulsión de Rusia del G8, la negativa de los países occidentales a la cooperación con Rusia y la suspensión en 2016 de una serie de acuerdos bilaterales entre Washington y Moscú en relación a la energía nuclear.
Además, el informe sostiene que el volumen de inversiones en las armas nucleares y su modernización en varios países "no ha disminuido, sino aumentado la probabilidad de una detonación deliberada o involuntaria". No obstante, hay una atmósfera "secretista" en el ámbito de las citadas armas que crea "obstáculos tanto para la evaluación como para la responsabilidad" sobre las mismas.
"Puede decirse que la amenaza de la detonación de un arma nuclear en 2017 se encuentra en su punto álgido desde hace 26 años", alerta el nuevo informe del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme. El documento, titulado 'La comprensión de los riesgos de las armas nucleares', destaca que la disuasión nuclear puede resultar obsoleta, un riesgo que "es inherente". "Cuando nos quedemos sin suerte habrá resultados catastróficos", advierte el texto.
Asimismo, el documento recalca que las tensiones entre los países occidentales y Rusia provocadas por sus posturas opuestas en relación con los acontecimientos en Ucrania y Siria subrayan la posibilidad de un ataque nuclear. Además, el nuevo informe asegura que el regreso de "posturas beligerantes semejantes a las de la Guerra Fría ha dificultado la cooperación internacional y el desarrollo de la confianza".
El documento también se refiere a los hechos que marcaron dichas tensiones, entre otros la expulsión de Rusia del G8, la negativa de los países occidentales a la cooperación con Rusia y la suspensión en 2016 de una serie de acuerdos bilaterales entre Washington y Moscú en relación a la energía nuclear.
Además, el informe sostiene que el volumen de inversiones en las armas nucleares y su modernización en varios países "no ha disminuido, sino aumentado la probabilidad de una detonación deliberada o involuntaria". No obstante, hay una atmósfera "secretista" en el ámbito de las citadas armas que crea "obstáculos tanto para la evaluación como para la responsabilidad" sobre las mismas.
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