#AhoraNoticias: Camila Gómez Ares es una de las protagonistas de la campaña en la que participaron integrantes del equipo de fútbol femenino del club. Cómo fue el detrás de escena de la producción y por qué es necesaria la profesionalización de la disciplina en la Argentina
Una gran polémica se generó en abril pasado, cuando la camiseta de la selección argentina para el Mundial de Rusia 2018 fue presentada por una modelo. Junto a los futbolistas del equipo por entonces dirigido por Jorge Sampaoli, posó con la casaca celeste y blanca Alexia Ortiz Basualdo y explotaron las críticas. Las integrantes del combinado nacional femenino repudiaron la campaña y reclamaron por la visibilización y reconocimiento de su trabajo a través de la participación en este tipo de acciones.
En tiempos en que las reivindicaciones en cuanto a la equidad de género toman cada vez mayor importancia, la queja de las jugadoras tuvo gran eco y, al parecer, empezó a generar conciencia y cambios que parecen pequeños, pero que tienen un gran valor social.
En sintonía con una tendencia que se ha repetido en los últimos tiempos en los equipos más importantes de Europa, la marca de indumentaria deportiva Nike, que viste a Boca Juniors, convocó a dos futbolistas del equipo femenino del "Xeneize" para que sean protagonistas de la campaña fotográfica de lanzamiento de la nueva camiseta del club. Se trata de una iniciativa innovadora en la Argentina.
Camila Gómez Ares es una de las jugadoras que prestó su imagen para las fotos. A los 23 años, la mediocampista central del elenco de la ribera aceptó la propuesta y, por un día, vivió como una modelo.
La producción se hizo en diversas locaciones del barrio de La Boca durante el mes de junio. Gómez Ares junto a su compañera Ruth Bravo y los jugadores de inferiores del club Alexander Fernández y Maximiliano Rolón soportaron largas e intensas horas de trabajo, a muy bajas temperaturas.
"Fue un caos, una locura, nunca había hecho una sesión de fotos así. Fuimos a un lugar donde nos maquillaron y nos cambiamos. Después nos llevaban de lugar a lugar en una combi. Hacía mucho frío y nos abrigábamos entre foto y foto. Te dicen cómo tenés que posar, te acomodan la ropa…Te sentís una modelo y, si ellas pasan todo esto, hay que valorarlas más", contó la futbolista a Infobae, respecto del arduo trabajo que demandó la campaña.
Mientras se trasladaban de una locación a otra, los protagonistas de las fotos debían taparse completamente no solo por el frío, sino para asegurarse de que los transeúntes no vieran la nueva camiseta de Boca, que todavía no había sido lanzada de manera oficial.
Una gran polémica se generó en abril pasado, cuando la camiseta de la selección argentina para el Mundial de Rusia 2018 fue presentada por una modelo. Junto a los futbolistas del equipo por entonces dirigido por Jorge Sampaoli, posó con la casaca celeste y blanca Alexia Ortiz Basualdo y explotaron las críticas. Las integrantes del combinado nacional femenino repudiaron la campaña y reclamaron por la visibilización y reconocimiento de su trabajo a través de la participación en este tipo de acciones.
En tiempos en que las reivindicaciones en cuanto a la equidad de género toman cada vez mayor importancia, la queja de las jugadoras tuvo gran eco y, al parecer, empezó a generar conciencia y cambios que parecen pequeños, pero que tienen un gran valor social.
En sintonía con una tendencia que se ha repetido en los últimos tiempos en los equipos más importantes de Europa, la marca de indumentaria deportiva Nike, que viste a Boca Juniors, convocó a dos futbolistas del equipo femenino del "Xeneize" para que sean protagonistas de la campaña fotográfica de lanzamiento de la nueva camiseta del club. Se trata de una iniciativa innovadora en la Argentina.
Camila Gómez Ares es una de las jugadoras que prestó su imagen para las fotos. A los 23 años, la mediocampista central del elenco de la ribera aceptó la propuesta y, por un día, vivió como una modelo.
La producción se hizo en diversas locaciones del barrio de La Boca durante el mes de junio. Gómez Ares junto a su compañera Ruth Bravo y los jugadores de inferiores del club Alexander Fernández y Maximiliano Rolón soportaron largas e intensas horas de trabajo, a muy bajas temperaturas.
"Fue un caos, una locura, nunca había hecho una sesión de fotos así. Fuimos a un lugar donde nos maquillaron y nos cambiamos. Después nos llevaban de lugar a lugar en una combi. Hacía mucho frío y nos abrigábamos entre foto y foto. Te dicen cómo tenés que posar, te acomodan la ropa…Te sentís una modelo y, si ellas pasan todo esto, hay que valorarlas más", contó la futbolista a Infobae, respecto del arduo trabajo que demandó la campaña.
Mientras se trasladaban de una locación a otra, los protagonistas de las fotos debían taparse completamente no solo por el frío, sino para asegurarse de que los transeúntes no vieran la nueva camiseta de Boca, que todavía no había sido lanzada de manera oficial.
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