Según el parte policial, golpeó a un agente antes de esfumarse sin dejar rastro. Desde el SPP negaron lo sucedido, pero en la comisaría Décima se dejó constancia de lo sucedido.
Historias como la de los aparecidos o del lobizón se fueron apagando en el imaginario colectivo. Se cree que por el advenimiento de la tecnología o la falta de imaginación. De hecho, se los menciona cada vez menos, con más frecuencia entre personas mayores.
Sin embargo, días atrás volvieron a causar revuelo en un populoso barrio de la ciudad, en horas de la madrugada, provocando gritos y corridas, pero sin lograr dirimir a ciencia cierta cual sería el personaje que intervino en esta escena que puso los pelos de punta a un par de efectivos del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
Ellos fueron los que lo tuvieron en frente. Creen que fue un lobizón pero nadie logró localizar a la supuesta “fiera”.
Lo sucedido fue expuesto ante los funcionarios de la comisaría Décima de Policía porque uno de los agentes recibió un golpe en la cabeza, al parecer un piedrazo, en esas extrañas circunstancias.
Según el parte policial, alrededor de las 4:00 del lunes, efectivos del SPP se trasladaron a la Unidad Penal V, ubicada en el Sesquicentenario, uno de los barrios más antiguos de Posadas, porque en ese lugar se encontraba un efectivo que estaba cubriendo “puesto”, en un sector que tiene su frente hacia la oficina de Traslado.
Fue en ese momento que uno de los penitenciarios observó a un hombre “de aspecto raro”, con el torso desnudo, solamente en ropa interior, que se encontraba gateando (movilizarse apoyando pies y manos) de manera muy veloz. Al ver al uniformado, arrojó una piedra hacia el puesto de guardia y golpeó en la cabeza a un agente, aunque sin provocar lesiones visibles.
A pesar del nerviosismo y el temor que producen este tipo de apariciones, generalmente manifestadas hacia unos pocos, se realizaron recorridas por la zona pero sin indicios del "objetivo".
Finalizada la búsqueda, el personal que recibió el golpe fue trasladado por el móvil policial hasta el Hospital de Fátima para recibir curaciones.
Quienes se encontraban en el lugar no dudaron en manifestar que “se trataba de un evento paranormal debido a que, luego del hecho, este ser desapareció del lugar sin que el personal pudieran alcanzarlo”.
Sugestionados por lo ocurrido, el días después uno de los protagonistas publicó en el grupo de Facebook que escucharon nuevamente ruidos en el techo de la unidad y en el sector destinado a la enfermería.
Cuando contaron a sus compañeros, éstos no escatimaron en "cargadas" y carcajadas, pero aseguran que el susto “no les quita nadie”.
Historias como la de los aparecidos o del lobizón se fueron apagando en el imaginario colectivo. Se cree que por el advenimiento de la tecnología o la falta de imaginación. De hecho, se los menciona cada vez menos, con más frecuencia entre personas mayores.
Sin embargo, días atrás volvieron a causar revuelo en un populoso barrio de la ciudad, en horas de la madrugada, provocando gritos y corridas, pero sin lograr dirimir a ciencia cierta cual sería el personaje que intervino en esta escena que puso los pelos de punta a un par de efectivos del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
Ellos fueron los que lo tuvieron en frente. Creen que fue un lobizón pero nadie logró localizar a la supuesta “fiera”.
Lo sucedido fue expuesto ante los funcionarios de la comisaría Décima de Policía porque uno de los agentes recibió un golpe en la cabeza, al parecer un piedrazo, en esas extrañas circunstancias.
Según el parte policial, alrededor de las 4:00 del lunes, efectivos del SPP se trasladaron a la Unidad Penal V, ubicada en el Sesquicentenario, uno de los barrios más antiguos de Posadas, porque en ese lugar se encontraba un efectivo que estaba cubriendo “puesto”, en un sector que tiene su frente hacia la oficina de Traslado.
Fue en ese momento que uno de los penitenciarios observó a un hombre “de aspecto raro”, con el torso desnudo, solamente en ropa interior, que se encontraba gateando (movilizarse apoyando pies y manos) de manera muy veloz. Al ver al uniformado, arrojó una piedra hacia el puesto de guardia y golpeó en la cabeza a un agente, aunque sin provocar lesiones visibles.
A pesar del nerviosismo y el temor que producen este tipo de apariciones, generalmente manifestadas hacia unos pocos, se realizaron recorridas por la zona pero sin indicios del "objetivo".
Finalizada la búsqueda, el personal que recibió el golpe fue trasladado por el móvil policial hasta el Hospital de Fátima para recibir curaciones.
Quienes se encontraban en el lugar no dudaron en manifestar que “se trataba de un evento paranormal debido a que, luego del hecho, este ser desapareció del lugar sin que el personal pudieran alcanzarlo”.
Sugestionados por lo ocurrido, el días después uno de los protagonistas publicó en el grupo de Facebook que escucharon nuevamente ruidos en el techo de la unidad y en el sector destinado a la enfermería.
Cuando contaron a sus compañeros, éstos no escatimaron en "cargadas" y carcajadas, pero aseguran que el susto “no les quita nadie”.